No sé cómo sea hoy en día, pero cuando estaba en la escuela, cuando se hablaba de los afrodescendientes siempre hubo énfasis en el periodo de esclavitud, más no en los logros y la participación de los mismos en las revoluciones por la independencia.

No es sino hasta ahora, luego de investigar y leer, que he descubierto que muchos afrodescendientes esclavos sacrificaron sus vidas en nombre de la patria con la promesa de la libertad en el período post independencia.

De hecho, una de las hipótesis del por qué el número de afroargentinos es tan pequeño, se debe a que, a parte de haber sido víctimas de enfermedades como la fiebre amarilla y el cólera,  miles perecieron luego de ser los primeros en la fila durante las batallas de independencia.

Ante este devastador descubrimiento fue reconfortante encontrar la historia de María Remedios del Valle, una sobreviviente de múltiples gloriosas batallas por la independencia de Argentina, quien llegó a ser nombrada capitana.

Según un artículo publicado en la web “El Historiador” de Argentina, María Remedios del Valle era una morena porteña que estaba “enlistada” en el Ejército del Norte desde 1810, cuando partió a la primera expedición destinada al Alto Perú, acompañada de su marido, un hijo de la sangre y otro adoptivo, quienes perdieron la vida en esta batalla.

La “parda” María, como se le menciona en algunos partes militares, combatió en Huaqui (julio de 1811), vivió las peripecias de esa trágica retirada del Alto Perú y luego el éxodo jujeño. Volvió a combatir en las gloriosas victorias de Tucumán y Salta, así como en las trágicas derrotas de Vilcapugio y Ayohuma, siempre junto al célebre general Manuel Belgrano quien le dio el grado de Capitana y la llegó a llamar “Madre de la Patria”.  María siempre fue una voz de aliento para los soldados, curando heridos y sacando fuerzas de donde ya no había.

En su última batalla fue tomada prisionera por los realistas de Pezuela, Ramírez y Tacón, quienes la condenaron a ser azotada públicamente a lo largo de nueve días. Pero María pudo fugarse de sus verdugos y reintegrarse a la lucha contra el enemigo operando como correo en el peligroso territorio ocupado por los invasores.

Su expediente señala, entre otras cosas, que estuvo siete veces en capilla, es decir,  a punto de ser fusilada, y que a lo largo de su carrera militar recibió seis heridas graves de bala.

Cuando las guerras de Independencia ya habían terminado, María Remedios vuelve a la ciudad de Buenos Aires. Allí, vendía pastelitos y pedía limosna, ya que a pesar de que durante la guerra le habían reconocido el grado y sueldo de capitana, luego de la independencia no se lo pagaron más.

Según otro artículo publicado por Felipe Pigna, también en el diario El Historiador, un día, el General Viamonte, uno de los héroes de la Revolución Argentina quien llegó a ser gobernador de Buenos Aires, vio una mujer harapienta limosneando y al acercarse exclamó:  ¡Es la capitana, es la madre de la patria!  Poco después, desde su banca en la Legislatura, insistió con otros compañeros de armas para que se hiciera justicia con ella:

“Es singular esta mujer en su patriotismo.  Ella ha seguido al Ejército del Perú en todo el tiempo que estuve al mando: salió de esta con las tropas que abrieron los cimientos de la independencia del país… Infiero las calamidades que ha sufrido, pues manifiesta heridas que ha recibido; no puede negársele un respeto patriótico.”

A raíz de este encuentro, en 1829 es ascendida a Sargento Mayor y el 16 de abril de 1835, Juan Manuel de Rosas, gobernador de la provincia de Buenos Aires, siguiendo el ejemplo de Belgrano, le da otro premio por su valentía: la incorpora al ejército asignándole tareas y un sueldo. María Remedios del Valle, como muestra de su agradecimiento a Don Juan Manuel se coloca su apellido y así queda como: Sargenta Mayor María Remedios del Valle Rosas, la negra Madre de la Patria.

En la actualidad varios diputados argentinos trabajan en pro del desarrollo de una biografía apropiada para María para que pueda ser impresa y distribuida y así difundir su historia, además de la construcción de un monumento en su memoria.